Son la variedad mas frecuente en la niñez con una prevalencia del 2 al 5% de los niños entre seis meses y cinco años de edad, tiene un pico de incidencia máxima a los 18 meses.
Convulsión asociada a fiebre mayor de 38 grados, con ausencia de infección o inflamación del sistema nervioso central; sin antecedente de crisis no asociada a fiebre.
Se clasifican en simples y complejas; las simples son aisladas, breves y generalizadas, mientras que las complejas se pueden presentar como focales, múltiples o prolongadas con una duración mayor de 10 minutos.
Requieren una valoración médica lo antes posibles para determinar la causa de la fiebre, el tratamiento de las crisis convulsivas prolongadas involucra el uso de medicamentos para crisis y la monitorización de signos vitales.
Crisis febriles recurrentes, tienen riesgo de volver a presentar otra crisis en un 30 a 35%. Mayor riesgo en niños menores de 15 meses, fiebre recurrente, historia familiar de crisis febriles o epilepsia, crisis con fiebre de bajo grado.