Trastorno del espectro autista

Trastorno generalizado del neurodesarrollo que se caracteriza por un déficit en la comunicación y la reciprocidad social, así como comportamientos repetitivos e intereses restringidos. Puede acompañarse de trastornos del lenguaje, así como cognitivos. El inicio de la sintomatología inicia a edades tempranas, se describió por primera vez en 1943 por Leo Kanner. El trastorno del espectro autista no es una condición infrecuente, en la actualidad aproximadamente se estima que 1 de cada 68 niños son diagnosticados, con una frecuencia mayor en varones de 4 a 1 con las mujeres.

Aún no se ha definido una causa de trastorno del espectro autista, sin embargo, se han propuesto varias teorías y factores que influyen.  Existe la teoría epigenética en donde los genes anormales son activados durante el desarrollo fetal temprano y afecta la expresión de otros genes por lo que cambia la secuencia primaria; esta teoría es mayormente aceptada por la distribución desigual de los sexos, aumento en la prevalencia en los hermanos que en la población en general, la alta tasa de concordancia entre gemelos monocigóticos y aumento de riesgo de TEA en paciente con antecedentes familiares. 

Los factores ambientales y perinatales pueden constituir un segundo evento modulador de los factores genéticos, asociándose mayor riesgo de trastorno del espectro autista en la presencia de sufrimiento fetal, bajo peso al nacer, embarazo múltiple, así como la edad paterna. 

  • Indicadores tempranos 
  • <6 meses: Poco seguimiento visual
  • 6 a 12 meses: Poca respuesta a su nombre, no realiza sonrisa social, fijación de la mirada en objetos específicos 
  • 12 a 24 meses: Comparte poco experiencias, intereses o atención a otros, comportamiento repetitivo, retraso en el lenguaje, no contacto visual, no realiza juego imitativo y no hay comunicación no verbal. 

  • Banderas rojas
    • Preocupación de los padres en habilidades sociales, lenguaje o comportamiento. 
    • Preocupación por berrinches o intolerancia al cambio 
    • Retraso en el lenguaje / habilidades sociales. 
    • Evita contacto visual 
    • No entiende los sentimientos de otros
    • Ecolalia 
    • Se molesta por cambios pequeños 
    • Obsesiones 
    • Estereotipias 
    • Reacción inusual a sonidos, gustos u olores.